Con todos los problemas que había arrastrado el equipo en LaLiga Santander, el Sevilla necesitaba un refuerzo positivo de algún lado. Y lo que tenía a mano era la Europa League, donde se presentaba un duelo donde era favorito contra el Fenerbahçe. Esta competición tenía algo especial para los de Sampaoli, aunque es cierto que la afición no iba a perdonar un tropiezo más después de lo que ocurrió en el Metropolitano.
Los turcos habían estudiado al Sevilla y salieron con algo más de determinación en ataque. De hecho, tuvieron varias ocasiones claras para ponerse por delante en el marcador ante la desesperación de los sevillistas. Dmitrovic estaba apareciendo con acierto y el Sevilla no encajó ningún gol en la primera mitad pese a los ocho remates que realizó el Fenerbahçe.
Sampaoli decidió sacar a Telles del terreno de juego tras el descanso y meter a Jordán. Un cambio que surtió efecto, puesto que tan solo diez minutos después marcó el primer gol del Sevilla. Con algo de fortuna por haber golpeado en un defensa, pero lo más importante era que el conjunto local estaba por delante en el electrónico.
El equipo turco sacó su artillería pesada del banquillo, aunque no le sirvió de mucho. Sobre todo porque Lamela, en otra jugada de ataque del Sevilla, marcó el segundo de la noche y puso tierra de por medio. Con ese resultado, el equipo de Sampaoli consigue dos hitos muy importantes. El primero de ellos es volver a ganar después de cuatro tropiezos seguidos. Y el segundo es volver a dejar la portería a cero, puesto que en los últimos cuatro partidos había encajado hasta 12 goles. Este resultado da vida al Sevilla para enfrentarse el fin de semana al Almería en liga, en un duelo directo fundamental en la lucha por el descenso.
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