Uno de los principales requisitos, y a su vez preocupaciones, de las casas de apuestas durante los últimos meses ha sido la verificación de las cuentas de los usuarios.
La verificación de identidad es un requisito introducido por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) para, esencialmente, proteger al jugador y evitar el fraude en las casas de apuestas de juego online.
Las operadoras, en el momento del registro, nos solicitan datos personales tales como nombres, apellidos o número del DNI/NIE, algo que tendremos que verificar posteriormente antes de empezar a jugar.
Pero, ¿es obligatorio verificar nuestra cuenta? La respuesta es afirmativa.
A pesar de que es obligatorio desde abril de 2019, el usuario puede jugar y apostar en su operadora online, pero deberá demostrar su identidad para dos pasos claves: el primero, hacer un depósito superior a 150€ y el segundo, y casi más importante para la mayoría, para retirar fondos de su cuenta.
¿Cómo podemos verificar nuestra identidad?
Realizar este trámite es muy simple y apenas es necesario enviar tu DNI o NIE a la casa de apuesta/casino online. No basta con el número, sino que el usuario tendrá que adjuntar una foto o un archivo escaneado de ambas caras con buena resolución.
Normalmente, este paso se puede realizar tanto por correo electrónico como desde la misma zona de usuario del operador online.
A continuación, la casa de apuestas comprobará los datos y enviará un correo de confirmación para poder seguir usando nuestra cuenta con normalidad.
Errores habituales
A pesar de que los usuarios habitualmente pueden sentir nerviosismo por la falta de confirmación, es importante saber que el proceso a veces tarda varios días y en caso de no superarlo, la misma operadora se pondrá en contacto con nosotros.
Habitualmente, los principales problemas se encuentran en archivos no válidos o imágenes de mala calidad, por lo que la casa de apuestas/casino, nos solicitará que volvamos a enviar un nuevo archivo.
La verificación podría ser rechazada igualmente si tenemos el DNI o NIE caducado, algo que evitaría que la operadora pueda recibir el ‘OK’ sobre nuestra información.