Dice el tango que "veinte años no es nada", pero sí lo es para Uruguay, que lleva casi dos décadas sin ganar a Brasil y, ante la perspectiva de cruzarse con el pentacampeón mundial, prefiere evitar el "encuentro con el pasado que vuelve", como cantaba Gardel.
Hay que remontarse hasta el 1 de julio de 2001 para encontrar el último festejo Celeste en el histórico duelo. Fue por 1-0 con un tanto de Federico Magallanes.
Desde allí, se enfrentaron once veces y Brasil festejó en la mayoría.
Ahora, con tres victorias en igual cantidad de encuentros disputados, el actual campeón de América ya se aseguró el primer lugar del grupo B del presente torneo continental.
Por ello, en los cuartos de final se enfrentará con el equipo que finalice en la cuarta posición del grupo A, lugar que por el momento ocupa Uruguay.
Con una victoria, un empate y una derrota, la Celeste acumula cuatro puntos, uno menos que Chile, dos menos que Paraguay y tres menos que Argentina.
Por esto, los duelos de la última jornada serán fundamentales para conocer la suerte de cada una de las escuadras.
Este lunes y por la última jornada de la primera fase, el Estadio Olímpico Nilton Santos de Río de Janeiro será testigo del partido que disputarán Uruguay y Paraguay, en el que seguramente no faltará la lucha y la entrega que siempre han mostrado los futbolistas de estos países.
Teniendo en cuenta que Chile estará libre en la última jornada, Uruguay sabe que un empate le asegura el tercer puesto, mientras que una victoria podría darle el segundo o incluso el primero, aunque esto último es menos probable.
Luego de vencer este jueves a Bolivia por 0-2, la Celeste encarará su próximo desafío con la tranquilidad de haberse quitado una mochila de encima.
Sumando la Copa América y las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Catar 2022, el combinado del 'Maestro' Tabárez acumulaba cinco encuentros sin sumar de a tres.
El gol en propia portería de Jairo Quinteros y una nueva anotación de Edinson Cavani defendiendo a la Celeste cortaron una racha de siete meses y once días sin ganar.
Durante ese tiempo, Uruguay igualó con Chile, Paraguay y Venezuela, mientras que perdió con Argentina y Brasil, un equipo que se transformó en una auténtica piedra en el zapato de Tabárez.
En los más de 15 años que lleva el proceso comandado por el experimentado seleccionador, de manera oficial o en encuentros amistosos, la Celeste venció a equipos como Argentina, Francia, Inglaterra, Italia o Portugal, pero nunca pudo con la "verdeamarelha".
Por eso, aunque dicen que las rachas están para romperse, es un hecho que evitarlo en la próxima instancia será una buena noticia para los uruguayos.
La Celeste deberá sumar y para ello la mejor opción será repetir bastante de lo hecho en los últimos 90 minutos, donde el constante despliegue de sus laterales y el buen trabajo de los centrocampistas fueron puntos más altos en el equipo.
Aunque hay jugadores que aún están lejos de su nivel, muchos otros comenzaron a destacarse y han empujado a un Uruguay que se mostró mejor que frente a Chile.
Jugando como lateral por derecha, Nahitan Nández fue una de las figuras del equipo, mientras que Giorgian de Arrascaeta y Facundo Torres destacaron en la creación. Esto permitió que Luis Suárez y Cavani pudieran rematar en varias ocasiones, algo que en otros partidos no había sucedido.
Seguramente otra vez con un 4-4-2, Uruguay volverá a enfrentarse con un equipo que, semanas atrás, se le cerró muy bien en el Centenario y le sacó un empate que se cimentó en un excelente trabajo defensivo.
Aunque Tabárez no suele hacer muchos cambios y anunció que iba a apostar por quienes estuvieran en plenitud física, hombres como Fede Valverde acumulan una tarjeta amarilla y corren el riesgo de perderse el primer juego de la fase de eliminación directa.
Por esto, habrá que esperar hasta los últimos minutos por saber qué once pone Tabárez para medirse con un equipo que tuvo una enorme actuación frente a Chile y que se llevó una merecida victoria.
Allí, Uruguay se aferrará a su "esperanza humilde" (como cantaba el 'Zorzal Criollo'): sumar y evitar a Brasil.